Imagínate la vida sin el respiro,
sin el aire, sin pulmones, sin fortaleza.
No habría ni un segundo de euforia,
sólo pesadumbres y anhelos sin viveza.
Imagínate la vida sin el color,
sin el otoño, sin remolinos, sin resplandor.
Sería una oscura realidad,
ausente del pintor, del creador.
Imagínate la vida sin el sueño,
sin esperar, sin desear, sin poder volar.
Estarías encerrado en una jaula,
sin saber de lo que afuera te va a faltar.
Imagínate la vida sin las manos,
sin abrazos, sin caricias, sin el tocar.
No conocerías ni el toque de ti mismo,
ni el pasto, ni el árbol, ni el mar.
Imagínate la vida sin la luna,
sin belleza, sin sonrisas, sin reflexión.
Sería una vacía existencia,
un deslucido invierno de represión.
Imagínate la vida sin el amor,
sin besos, sin lágrimas, sin redención.
No estarías donde estás en este momento,
porque sin el amor no sería la creación.